¡¡¡Hola Compas!!!
Hoy, corriéndonos un poco de
nuestro rol docente, les propongo hablar de algo muy común en este último mes
del año y que todos, de manera consciente o inconsciente, solemos hacer. Por
eso, hoy: estamos de BALANCE.
Más allá del calor que nos derrite y
la colorida invasión de luces, villancicos y adornos navideños, diciembre es,
más bien, un mix de emociones en el que se entremezclan la nostalgia por el
año que se va, la ansiedad por el que llega, el cansancio por las actividades
realizadas y la prisa por concretar las pendientes.
La apreciación de que el año tiene un
comienzo y un final provoca que se considere al último mes del año como el
tiempo límite en la consecución de todo lo que nos propusimos, hace casi un año
atrás. A su vez, esta inevitable conciencia del fin de una etapa nos lleva a
revisar y revisarnos a fin de evaluar aciertos y errores.
Partiendo de una sincera autocrítica, el balance
puede ayudar a poner en práctica ciertos cambios o ajustes. Sin embargo, la experiencia
muestra que muchas veces, cuando evaluamos el año, lo no concretado ocupa un
gran porcentaje y, como consecuencia, sobreviene la frustración, emoción muy
común en esta época de balance.
Para evitar que esto suceda es
importante que:
- Al momento de proponernos objetivos para el año que se avecina haya coherencia entre nuestros anhelos y nuestras posibilidades para concretar nuestros deseos.
- Nos reconozcamos como “seres humanos”, lo cual nos permitirá volvernos más permisivos, flexibles y menos estrictos, rigurosos y exigentes.
- Reconozcamos y valoremos nuestras fuerzas, capacidades y fortalezas.
- Al momento del nuevo balance, el mismo sea hecho en función de logros alcanzados y logros en proceso o por alcanzar, y no en función de logros y fracasos.
Así, teniendo en cuenta estos ítems y
más allá de que el balance sea un momento de revisión, cerraremos este 2014 y
todos los años venideros felicitándonos por lo alcanzado, agradeciéndonos el
esfuerzo, ganas y dedicación y motivados para seguir en camino, ¡celebrando la
vida!
Me despido, por hoy, dejándoles abrazos,
besos y los mejores deseos.
¡¡¡Chin, chin y a festejar!!!